28 marzo, 2012


Dicen que la vida es una continua monotonía, en la que los sucesos se repiten a tal velocidad que son imposibles de frenar. 

Aparecemos y desaparecemos de la nada. Nacemos y crecemos madurando con el paso del tiempo, gracias a las pruebas del juego de la vida. Obedecemos y desobedecemos los consejos de los errores que han cometido otras personas, temiendo a cometer los mismos. 
Quizás, todos tenemos esa necesidad de sobre protección, esa necesidad de decir que hacer en cada momento, para que nadie mientras podamos evitarlo, tropiece y se haga daño. Tal vez no pensamos en lo necesario que es caer, para así también aprender a levantarse. Lo necesario que es aprender a vivir desde distintos puntos de vista, y la dicha de haber tenido la sensación de sentir todos los estados de animo a los que la vida nos enfrenta.
Estamos tan acostumbrados a que nos guíen por un camino u otro, ya sea el bueno o el malo que nos olvidamos de nuestras propias decisiones. Olvidando la necesidad de equivocarse para rectificar y seguir creciendo como persona o acertar para sentir esa dicha por tal satisfacción. Se nos olvida quizás, que vivimos en un mundo contra reloj, en el que podemos poseer cualquier cosa menos el tiempo. Un mundo que compra y vende hasta los componentes del propio mundo, pero no compra ni vende el tiempo.

Quizás, ahora es cuando pensemos que en este juego de la vida lo importante no es evitar el dolor o evitar equivocarse, si no aprender a levantar la cabeza cuando la vida te ha puesto tanto a prueba que sientes que no es necesario mas tiempo. Que tu juego ya acabó. Lo importante es crecer y aprender a saltar los obstáculos, viviendo y avanzando con nuestros errores, acertando y fallando para poder pasar por todas las fases del juego, sin rendirse, luchando hasta que llegar el minuto cero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario